¿Conocéis esa sensación que llaman “amor a primera vista”? ¿Esa sensación de querer algo o a alguien conociendo solo un 0.1%? ¿Ese cosquilleo en el estómago? ¿Esa irresistible atracción que no sabes por qué se produce y que no responde a ninguna lógica?

Quizás os hayáis visto en otras vidas. Quizás alguno de tus antepasados fue feliz en ese lugar y esa felicidad fue tan fuerte que quedó reflejada en su genética y esos genes ahora habitan en cada célula de tu cuerpo. Quizá tiene la esencia que consigue que los neurotransmisores de tu cerebro se vuelvan locos. Quizá tiene la forma perfecta y está a la distancia justa para que tus ojos enfoquen solo eso y el resto quede borroso, como cuando aprietas ligeramente el botón de disparo de una cámara réflex.

Sea cual sea la respuesta, eso es lo que me ha pasado a mí.

Día en los templos de Angkor de Camboya.

Bayon, Templos de Angkor, Camboya.