Una vez leído la primera parte de esta serie, ¿Cuánto se gana en Nueva Zelanda? – Parte I, donde os cuento los conceptos básicos que es importante saber a la hora de trabajar en Nueva Zelanda para una persona con Working Holiday Visa, vamos a pasar a hablar de «experiencias personales», porque la teoría esta muy bien pero… ¿Dónde has trabajado? ¿Cuánto has ganado? ¿Cuántas horas hacías por semana? Os lo voy a explicar detalladamente, con datos reales, fotos de nóminas y todo lo que sea necesario, vamos a ello 😉

 

 

  • Watties, una fabrica de enlatado.

Nada más aterrizar en Nueva Zelanda, bajé hasta Hastings, en la Isla Norte de Nueva Zelanda. Al día siguiente de llegar fui a una inducción (como una entrevista grupal) a la fábrica de Watties (lo que viene a ser Heinz en Nueva Zelanda) y esa misma tarde me llamaron para empezar a trabajar al día siguiente. Horario de mañana: de 6:00 a 14:00.

Las primeras dos semanas trabajé en distintos puestos, aunque la mayoría de los días lo que hacía era, junto con un maorí de dieciocho años, coger latas en mal estado de unos contenedores, abrirlas con una máquina, tirar por un desagüe la comida y a otro contenedor la lata vacía. Había latas de espaguetis, de tomate, de remolacha… algunas solo caducadas y otras realmente asquerosas. Todas las latas eran de tres kilos.

Ahí ganaba el salario mínimo. Por 8 horas de lunes a viernes, después de impuestos: 535.34 $

 

 

A las dos semanas me cambiaron a otro puesto. Se llamaba «Aseptic Tomato Line», trabajábamos tres personas a la vez en una maquina que metía pasta de tomate en unas bolsas herméticas gigantes dentro de unos bidones. Uno en el control de la máquina, y los otros dos para estar pendientes de que no se acabaran los bidones, de poner otro palé cada vez que se llenaba uno, imprimir unas pegatinas con un ordenador que identificaba cada lote, etc.

Un puesto mucho mejor, cobraba más y eran 8 horas (de 6:00 a 14:00) pero todos los días de la semana. Podías pedir días libres cuando quisieses, solo tenías que decirlo con antelación y normalmente te los daban (pero no los cobrabas claro, yo solo pedí uno). Además, empezó a ser normal que te pudieses quedar haciendo horas extra en otros puestos, así que estuve un tiempo superando las 60 horas por semana. Trabajé en ese puesto unas 10 semanas, lo que duró la temporada. Fue donde más dinero gané en todo el año.

 

 

Creo que tuve bastante suerte de caer ahí, había otros puestos en la fábrica mucho peores. Cuando hacía horas extra normalmente iba a “la casa de los melocotones”, donde estabas de pie, parado, viendo pasar millones de melocotones partidos por la mitad por una cinta y tu trabajo era ir quitando los que tuviesen hueso.

Una vez estuve 8 horas de pie, mirando un carril por el que pasaban latas a toda velocidad y tenías que ir quitando las que estuviesen abolladas, ese fue el peor puesto en el que estuve, pero solo lo hice un día.

A continuación adjunto una tabla con las semanas que trabajé en Hastings y el dinero que gané cada una de esas semanas.

 

 

  • Una empacadora de kiwis, Te Puke

Un tiempo después llegué a Te Puke, la capital mundial del kiwi y que, en temporada, está hasta arriba de mochileros buscando una buena fuente de ingresos.

Llegué a la ciudad un domingo por la tarde, me di una vuelta por un par de empresas y antes de volver a casa tenía dos trabajos.

  • Fui «stacker» en East Pack, una de las grandes. Los stakers son los que se encargan de llenar los palés con las cajas de kiwis a toda velocidad. Cuando un palé está lleno, se lleva con un elevador hidráulico a otra zona, se pone en el suelo otro palé y vuelta a empezar. Cobran el salario mínimo y casi todas las fábricas trabajan 11 horas durante 6 días por semana. En mi caso me tocó turno de noche, desde las 22:00 de la noche hasta las 9:00 de la mañana. Solo lo hice un día.
  • Stacker fue el primer puesto que tuve, el más fácil de encontrar y donde suelen estar la mayoría de los hombres. Cuando ya lo tenía asegurado fui a otras fábricas diciendo que “estaba buscando trabajo pero que no quería ser stacker”. En Trevelyan’s, después de hacerme una pequeña entrevista me propusieron trabajar de labeller. Un puesto mucho mejor, que consistía estar en una plataforma vigilando los rollos de esas pegatinas que vienen en la fruta y cambiándolos cuando se acabaran. Esta fábrica era la única en la que se trabajaba menos, 9 horas al día, cuatro días de trabajo, 1 libre (o eso nos dijeron al principio). La temporada ese año fue rara, llovió mucho y se atrasó todo el trabajo. Y cuando empezamos a trabajar más, me fui, así que no ahorré ni de lejos aquello que había pensado.

 

 

Ahora os dejo otra tabla con lo que gané cada una de las semanas que estuve en Te Puke.

 

 

  • Woofing en Greymouth

Durante una semana trabajé a cambio de alojamiento en un hostal muy chulo en Greymouth, por el que recomiendo pasaros si tenéis la oportunidad, el Duke Hostel, en la Costa Oeste de la Isla Sur. Estuve lijando, emplasteciendo y pintando los techos y las paredes de la recepción, durante tres horas al día.

 

  • Talley’s, una fabrica de pescado

Después de unas estupendas navidades en Tailandia con mi familia, volví a Motueka, al norte de la Isla Sur con solo unos pocos dólares en la cuenta bancaria, así que necesitaba trabajar lo antes posible. Lo que encontré… tiene su gracia. Nunca me imaginé que ese trabajo existiera.

¡Abridor de mejillones! ¿Alguna vez habéis comprado esos mejillones que vienen pegados a una de sus conchas? El trabajo consistía en pasar ocho horas al día (6:00 a 14:00) de pie, cuchillo en mano, frente a una cinta por la que pasaban miles y miles de mejillones y donde tenías que ir abriéndolos tan rápido como pudieses.

De este sitio no os dejo ningún payslip de ejemplo, porque los daban en papel y los tiré, pero sí la tabla con lo que gané en las cuatro semanas que estuve allí:

 

 

  • Un hotel en Queenstown.

Para terminar mi aventura neozelandesa, me fui a vivir a Queenstown. En mi opinión, es la ciudad más increíble de Nueva Zelanda que, aparte de tener una localización perfecta a orillas de un lago rodeado de montañas, tiene a 2 – 3 horas en coche, los lugares más espectaculares del país.

Llegamos allí con la intención de que nos ofrecieran un permiso de trabajo que, como ya nos habían dicho y pudimos comprobar más tarde, no era demasiado difícil. Aunque la manera más sencilla y segura de obtenerlo, tampoco era la más agradable: Housekeeping. Lo que viene a ser, limpiar habitaciones de hotel.

Dejamos el currículum en varios sitios, hicimos un par de entrevistas, una parejita de chilenos muy majos nos echaron una mano y… a la semana ya estábamos trabajando.

Se trabajaba de 8:30 a 15:30 (más o menos, dependía del número de habitaciones) pero te garantizaban un mínimo de 30 horas a la semana y eran las que solíamos hacer. El ambiente era muy bueno y la política que tiene el hotel con sus empleados me encantó.

El trabajo pesado, pero soportable y supongo que cuando te acostumbrases sería más llevadero. No me dio tiempo a acostumbrarme mucho. Por motivos que no vienen al caso, cambié de planes, rechacé la visa de trabajo que me ofrecían y en dos meses estaba volando de vuelta a España.

Os dejo, otra vez, una nómina de ejemplo y una tabla con las ganancias de esas semanas.

 

 

Esta empresa era de las que paga el Holiday Pay al final, como podéis ver en la tabla, se paga junto a las horas que hayas trabajado, en el payslip de la última semana:

 

 

Espero que este post os haya servido para haceros una idea más real de lo que suele ser el trabajo en Nueva Zelanda con la Work & Holiday Visa y el dinero que se gana. Repito que hay tantas experiencias como personas, pero por lo que yo he visto, este tipo de trabajos es lo que reina entre los mochileros que van a Nueva Zelanda con este tipo de visa, independientemente de su nacionalidad, estudios e incluso su nivel de inglés.

Bares, restaurantes, construcción, limpieza, fábricas, recogida de fruta… cosas así. Puede que los que tienen inglés como lengua materna tengan cierto beneficio a la hora de buscar puestos cara al público, pero vamos, he vivido con ingleses, canadienses, estadounidenses, gente del norte de Europa, que suelen tener un nivel de inglés muy alto y casi todos estábamos en las mismas.

Dicho esto y para terminar, me gustaría dejar claro dos cosas:

Considero a Nueva Zelanda un país con muchas oportunidades y que si de verdad tienes un nivel de inglés alto, eres bueno en lo que haces y te esfuerzas en ello… Puedes llegar a encontrar el sitio que buscas. Si ese es tu objetivo, ¡ánimo y a por ello!

Y esto es solo la parte laboral, obviamente vivir durante un año en otro país, lejos de tu zona de confort, aporta muchas otras cosas, más allá del dinero que ganes o dejes de ganar: Hacer amigos de un montón de nacionalidades distintas, aprender a buscarte la vida por ti mismo, mejorar tu nivel de inglés, recorrer un país con unos paisajes que quitan la respiración, tener ante tus ojos algunos animales que solo podrás encontrar ahí, tumbarte en mitad de la noche bajo algunos de los cielos con más estrellas del planeta…

¿No suena bien? 😉

 

Saltando en el fiordo de Milford Sound, Nueva Zelanda.